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Administradoras:

•• Francine A. Riddle ••
•• Weronika F. Heather ••
•• Crystall E. Schuldt ••

Trama:

La cicatriz llevaba diecinueve años sin dolerle... pero eso estaba por cambiar...

Después de la Segunda Guerra, todos celebraban, gritaban, festejaban; nadie se daba cuenta de la realidad. “Quien No debe Ser Nombrado”, había sido derrocado… temporalmente.

Justo en ese instante, justo cuando Voldemord conjuraba, alguien más se sacrificaba… ¿quién? La siempre fiel Bellatrix, antes de que Molly la matara, no soportaba ver que su señor había herrado, dando así la victoria a un simple muchachito de 17 años. ¿Qué hacer? ¿Qué hacer? En ese momento solo atinó a pensar como Lily Potter. Se entregó en cuerpo y alma… por amor. ¿Amor? ¿Amor? La Bella que todos conocían no era simplemente una mujer más; ella siempre estuvo secretamente enamorada del Señor Oscuro, y no dudo mucho en arriesgarse.

Bellatrix no murió por obra de Molly.

¿Había funcionado? ¿En realidad había servido de algo? Si, así era. Voldemord no murió, simplemente se cayó en un desmayo. Nadie se interesó por verificar si en verdad estaba muerto, nadie cuestionó que Molly matase a Bella.

Voldemord no murió


~*~


No había muerto, Voldemord no había muerto, pero tampoco estaba en condiciones de librar una Tercera Guerra. Necesitaba que alguien fuera sus ojos, fuera su espíritu. ¿Quién? Los Malfoy eran una opción, pero obviamente esos se habían acobardado después de todo… ¿Quién? ¿Quién podría ser? Nadie, nadie podía servir para esa tarea. Débil, como fuese, tuvo que recurrir a su única opción, y terminó liándose con una Veela, a la cual controló mediante el encantamiento Imperios, pues no quería obedecer. La obligó a cargar el fruto de aquel acto… pero no contaba con lo que sucedería. Él deseaba un hombre, alguien que pudiese seguir sus pasos, que fuera igual de despiadado que él. El destino le contradijo. Una mujer, eso había resultado de esa forzada relación. Una hermosa chica pelirroja, igual que su madre, a la cual debería criar de forma despiadada y hostil.
Francine, Francine Anaelle Riddle; así se llamaría la heredera de su rencor.
No sentía cariño hacia para nadie, no sentía pena por nadie. Después del parto, mató a quien le ayudó a procrear a su hija. Ahora solo faltaba educarla.
La trató igual que a los demás, jamás le dijo “Te quiero”, jamás le dijo “Te extraño”. Francine jamás conoció el cariño de su padre, pero tampoco lo necesito. Siempre concentrada en su objetivo, siempre siguiendo lo que su padre le decía, siempre obediente.


~*~


Un nuevo curso se avecina en Hogwarts, y los muchachos no pueden esperar por volver.
Pero no todo resulta ser miel sobre hojuelas. Corre un rumor, un despiadado rumor. Nadie lo cree, nadie puede negarlo. Las paredes oyen, las hojas comunican. Un nuevo heredero llega a Hogwarts. ¿Quién? Todos tienen la duda en la boca, nadie tiene una remota idea de quien puede estar tras de esto. ¿Una broma? Potter no puede encerrar a sus hijos en una burbuja, por lo que debió dejarlos ingresar de nueva cuenta.
El primer día de un nuevo curso. Lo único que se escuchaba por los pasillos era el fuerte murmullo del nuevo heredero.
Albus Potter platicaba cómodamente con Scorpius, cuando este se quedó mudo, mirando a la espalda de su compañero. Una pelirroja hacía acto de presencia, y parecía que no le importaba que la mirasen.
La pelirroja se detuvo frente a las grandes puertas del Gran Comedor.
¿Quién era? No había un solo alumno que no la hubiese visto, no había un solo alumno que no la notase.
James Potter, tan distraído como siempre, pasó en junto a ella como si nada le importara.
¡¿A ese que le pasaba?! Nada de esto le hizo gracia a Francine, que siendo impulsiva como su padre le aventó los libros que llevaba en mano a James. Le sonrió después.
James, por poco la mata con los ojos.
La chica sonrió, y avanzó. Las puertas se abrieron con magia, dando paso a una gran y espectacular entrada. Ella aún debían saber aun su casa.
Francine, cayó en Slytherin, como era de esperar. El plan estaba en marcha.

Voldemor se había internado en Hogwarts gracias a su única y legítima hija.